Las madres y su doble jornada: la otra cara del regreso a clases
- La Rata

- 9 sept
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Entre lonches, traslados y tareas, las mamás enfrentan dobles turnos.

Por: Jazmín Ramírez García
El sonido del despertador a las 6 de la mañana marca el inicio de un maratón silencioso que pocas veces se reconoce.
Con el regreso a clases, muchas madres en San Luis Potosí y en todo México multiplican su carga diaria: preparar lonches, despertar a los hijos e hijas, alistarles para la escuela, llevarles al plantel, correr al trabajo, regresar por ellos y ellas y todavía acompañarles a las tareas y a las actividades extraescolares: clases de inglés, futbol, danza o música.
“Es como tener dos empleos en uno solo día”, relató Marcela Torres, madre de dos niños de primaria.
El inicio del ciclo escolar, para muchas, significa ajustar relojes y estirar la paciencia.
Según coinciden varias madres de familia, las mañanas son la parte más complicada.
Ana Sofía, trabajadora de un call center y madre de una adolescente, lo resume con una sonrisa cansada:
“Hay días que siento que ya trabajé tres horas antes de entrar a la oficina. Levantarla, hacerle el desayuno, revisar que lleve todo. Luego salir volando para no llegar tarde al trabajo. Es una carrera contra el reloj”.
A diferencia de las familias con maternidad compartida, algunas mamás tienen que hacerlo solas por múltiples razones y eso es aún más complicado.
Algunas reciben apoyo esporádico de abuelos y abuelas o familiares, pero la mayor parte de la carga recae en ellas.
"En mi caso yo estoy sola a cargo de mis hijos, y en algunos momentos de verdad es agotador", explicó Fernanda mamá autónoma con dos hijos.
El ciclo escolar es también un recordatorio de la fortaleza y la vulnerabilidad que coexisten en la vida de estas mujeres. Ellas organizan, gestionan y cuidan, al mismo tiempo que muchas sostienen el hogar económicamente. Aunque su jornada se prolongue hasta la noche, muchas coinciden en que la recompensa está en ver a sus hijas e hijos avanzar.
“El cansancio se me olvida cuando me dice: ‘Mamá, me saqué un diez’”, concluyó una mamá con una sonrisa que, pese al agotamiento, revela orgullo.
En cada regreso a clases, las mamás libran una carrera de resistencia diaria: un esfuerzo invisible que sostiene a familias enteras y que pocas veces entra en la conversación pública, pero que se vive, día tras día, en miles de hogares.








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