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  • Foto del escritorLa Rata

Repensar el Día Internacional de la Madre Tierra


Por: Regina Arellano


Desde 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) instauró al 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra tras retomar antecedentes que buscaban frenar el deterioro ambiental.


Entre estos, la organización del simposio de ecología humana por el Servicio de Salud Pública en Estados Unidos en 1945 y la creación de la Agencia de Protección Ambiental, en el mismo país, tras una protesta masiva, lo que dio lugar a la primera conmemoración del Día de la Tierra.


Actualmente, este día se conmemora de manera internacional con el objetivo de visibilizar los problemas ambientales existentes en el planeta suscitados por el cambio climático, la contaminación, incendios forestales, inundaciones, basura excesiva, la deforestación, las sequías, escasez de agua y el consumismo extremo.


Un gran problema a resaltar, es la individualización de la responsabilidad ambiental. Gobiernos y organizaciones exhortan a las poblaciones a realizar pequeñas acciones como “bañarse en cinco minutos”, en vez de atacar con fuerza a las problemáticas a nivel estructural.


Aunque no hay que descartar hacer el mayor esfuerzo posible como individuos, no debemos olvidar que la mayor parte de los problemas ambientales vienen de la mala gestión de los recursos de empresas y gobiernos a gran escala.


La ONU lanzó una serie de Objetivos Globales para 2030 que todos los gobiernos deberían tener en cuenta para la realización de un desarrollo sostenible, es decir, el desarrollo que busque conjuntar los factores de sociedad, economía y medio ambiente para la satisfacción de las necesidades humanas.


El repensar del Día Internacional de la Madre Tierra tiene que ver con dejar de reproducir el discurso de que la salvación de la Tierra solamente está en manos de las pequeñas acciones de las personas, sino en el cambio de estrategias y leyes que protejan todos los recursos de este planeta.


Tiene que ver con la promoción de cambio de hábitos de las poblaciones con las herramientas necesarias a nivel estructural.


Teniendo esto en cuenta, podremos actuar a nivel individual y, también, exigir a los gobiernos que hagan lo propio.

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