
Por: Xochiquetzal Rangel.
Amelia es una mujer fuerte que desde el día que nació su hijo se ha dedicado enteramente a cuidarlo. Tiene 24 años y desde hace 2 vive con su prometido, con quien le ha tocado vivir días grises en vez de los soleados que él le prometió.
“Hace tiempo, cuando yo aún no quería ver que estaba siendo maltratada psicológicamente, escuché un día a mi amiga que me dijo que a lo mejor mi pareja nada más estaba por nuestro hijo, fue ahí donde me di cuenta que yo estaba en una relación de amenaza, humillación, control, insultos e indiferencia”.
En entrevista para La Alcantarilla, Amelia contó que por las noches, después de alguna pelea, solía llorar en silencio para que su pareja no la viera sollozar por la amargura y decepción interna que enfrentaba, misma que era provocada por él y la violencia psicológica que ejercía en ella.
De acuerdo con lo dicho en 2017 por la titular del Instituto de las Mujeres del Estado en San Luis Potosí, lugar en donde reside Amelia, la violencia psicológica es la practica más recurrente ejercida en contra de las mujeres en la entidad potosina. Dando paso a agresiones más fuertes como violencia física y sexual que pueden terminar en casos de feminicidios.
Los casos de violencia en el estado en donde nació Amelia no han parado de crecer, por lo que a nivel federal en 6 municipios del estado de San Luis Potosí se activó desde 2017 la declaratoria de Alerta de Violencia de Género en Ciudad Valles, Matehuala, Soledad de Graciano Sánchez, Tamazunchale, Tamuín y San Luis Potosí.
Al igual que miles de mujeres del estado, Amelia tuvo que lidiar con la violencia que vivía con su pareja, ya que era común que ambos gritaran para resolver sus problemas. Sin embargo, un día ella decidió, en una de las tantas veces que él la corría de la casa, marcharse junto con su hijo que en aquel entonces tenía casi un año de edad. Porque entre lágrimas y desesperación recordó que tal vez estaba siguiendo los pasos de la violencia que su mamá tiempo atrás había permitido de su padre.
Su prometido nunca la golpeo o le dejó alguna cicatriz visible para que su familia pudiera darse cuenta que estaba inmersa en una relación de abusos psicológicos y violencia verbal, en la que la humillaba, minimizaba y reemplazaba.
Porque no siempre la relación disfuncional que mantuvieron fue así, al principio del noviazgo y antes de que se fueran a vivir a la casa de los papás del prometido de Amelia para formar su pequeña familia ya que un bebé venía en camino, él era amable, cariñoso y atento con ella. Aunque en ocasiones asomaban sus inseguridades cuando Amelia saludaba a algún amigo en la calle y él bromeaba al preguntarle si al que había saludado le gustaba o las veces que se molestaba cuando le llegaba a contar sobre un ex novio que tuvo, mismo que era conocido de una de las primas de él.
“Al principio no lo vez hasta que llegas a platicarlo con una persona cercana, (amiga) es ahí donde decides cambiar la situación en la que estas y no quieres seguir así”.
Sin embargo, salir del bache no le fue sencillo, contó que durante poco más de un año, antes de acudir con un psicólogo que le ayudara a tratar la situación, que todavía trabajan, y que él igual recibiera apoyo, ella se fue dejando de querer, como si las palabras para invalidarla hubieran echado raíces.
Dejó de pintarse a pesar de que le gustaba arreglarse, de salir y de frecuentar lugares en los que se divertía y entró en depresión. Tanto así, que en un arranque de soledad intentó quitarse la vida. Ahora dice sentirse afortunada de no haberlo logrado porque al momento de hacerlo pensó en que su hijo no tenía la culpa de la vida que estaba llevando.
“Es así donde me decidí y lo que decidí fue cambiar todo en lo que veía mal y ya no aceptar ya mas amenazas, insultos, control, y humillación por parte de mi pareja y empezar a valorarme y a quererme”.
-¿Ha sido difícil el camino?
-Es difícil salir en la situación que estas pasando, por que tienes miedo o vergüenza de que dirán las demás personas… pero ninguna mujer debe ser maltratada o violada de cualquier tipo.
Actualmente su vida es distinta, aunque sigue viviendo con el padre de su hijo, pero aseguró que las cosas son distintas porque ambos han buscado ayuda para mejorar la situación en casa, ella ya es más segura de sí misma y no tolera malos tratos, se reconcilió con ella misma y aunque hay días difíciles ahora cabe la prudencia y no hay más violencia en su hogar.
**El nombre de la entrevistada fue cambiado a petición de ella.
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