Por: Joce Benites.
La vejez es una etapa muy temida por la mayoría de las personas, sin considerar que la ancianidad llega al culmino de un viaje, un camino recorrido donde se han adquirido experiencias que se van acumulando en un corazón que puede ser abierto por las recientes generaciones, desafortunadamente hoy en día se vive una cultura del descarte en la que es sencillo desechar lo que no nos sirve, según expertos se ha perdido la capacidad de amar a la persona por lo que es en sí, y se valora únicamente el beneficio que nos aporta tal como se ve en algunas familias con las personas mayores y los matrimonios jóvenes que salen corriendo de una relación cuando alguno en la pareja deja de cumplir las expectativas del otro.
Actualmente las personas mayores experimentan el abandono y olvido, incluso por parte de sus allegados, además de la sociedad entera. Cuántas historias no hemos leído, escuchado y visto en televisión de maltrato y abandono hacia las personas de la tercera edad.
Tener un abuelo es un tesoro y depende de cada ser humano valorarlo y aprovechar el tiempo que se tiene con él o ella, pues han pasado por diversos momentos que los han colocado en el lugar que hoy se encuentran.
Las personas adultas mayores son un cofre lleno de novedades que sorprenden y ayudan a los jóvenes quienes sólo se llenan de la sabiduría que los diversos medios del mundo actual les ofrece, los abuelos tienen un legado, una historia y un sinfín de experiencias que respaldan cada idea que de su boca sale.
La vejez como al inicio se mencionó es una etapa temida y hasta aborrecida, sin considerar que cada cana y cada arruga es una experiencia y debe provocar orgullo exhibirla porque son el resultado de todo.
También es un volver al principio, a ser una persona vulnerable, como los infantes: pequeños, desdentados, y con dificultades para hacer todo.
Obvio las fuerzas no son las mismas a las de un niño pero las ocurrencias si lo son.
No hay razón para despreciar a los abuelos, por el contrario deberían ser motivo de orgullo para las familias que cuentan con su presencia y como sociedad tenemos la obligación de dar calidad de vida y de atención. No olvidemos que es un privilegio llegar a viejo y no cualquiera lo logra.
Para la señora Juana Villela, abuela de diez nietos, ser abuelo es un premio de la vida porque “se vuelve a ver a los hijos pequeños a través de los nietos” y es realizar los sueños que no se alcanzaron con los hijos para ella, ser abuela es un gozo y le gusta divertirse con sus nietos, la hacen feliz y le ayudan a sobrellevar sus problemas.
Dijo en entrevista, que la tercera edad es un “regalo De Dios” y una oportunidad para realizar lo que en el pasado no se pudo, ella ocupa su tiempo en el cuidado de sus plantas y aves, pues para ella son su vida y la mantienen feliz, recomienda a la sociedad inculcar a los niños el respeto a las personas mayores, dijo que “ser viejo no es sinónimo de estorbo y asco”, porque según ella la pulcritud debería estar en las acciones.
Apreciables lectores, la vejez más que temida debería ser valorada, porque es una etapa y una oportunidad para continuar divirtiéndose, hacer locuras y reír a carcajadas. ¡Feliz día del abuelo!
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