"Lo único que pido es un riñón para mi hija"; pacientes renales y familiares se manifiestan en Centro Estatal de Trasplantes
- La Rata

- 26 sept
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"Queremos seguir viviendo"

Por: Leticia Vaca
Cada una de las personas que acudió a manifestarse a las afueras del Centro Estatal de Trasplantes (CETRA), en el marco del Día del Trasplante Renal, carga su propia lucha, su propia historia, pero todas coinciden en la indiferencia y el abandono que las y los pacientes renales y sus familias enfrentan.
Desde los malestares físicos, hasta el no tener el recurso económico para poder solventar los gastos de los medicamentos e insumos.
Arely Jazmín Gutiérrez relata cómo su cuerpo se ha ido deteriorando tras años en la lista de espera para recibir un trasplante. Sin embargo, desde la pandemia de COVID-19, el Hospital Central “Dr. Ignacio Morones Prieto” suspendió dicho registro, dejándola cinco años sin siquiera la esperanza de ser considerada entre las beneficiarias.
"Nos estamos deteriorando cada día más, esto ya nos urge. Aparte, pues como ustedes lo vieron, hay muchas niñas, muchos niños (...) queremos seguir, queremos seguir viviendo. Que se pongan las pilas porque nosotros nos estamos yendo y cada día mueren más y más"
Jazmín habla de al menos 15 personas conocidas que fallecieron en la espera de recibir un riñón, sin embargo, dice, la cifra es mucho mayor.
En cuanto a los medicamentos y atención médica, relata que incluso han tenido que llevar guantes y alcohol, porque en el hospital no hay insumos.
Cada vez nos exigen más cosas. No hay batas, no hay guantes, no hay cofias. Todo esto representa un gasto mensual en insumos que el hospital ya no proporciona.
Esta situación afecta aproximadamente a unas 200 personas, de las cuales alrededor de 10 son infancias. Entre éstos una niña de cuatro años que en este momento está hospitalizada porque se le salió el catéter y deben ponerle otro.
"No se imaginan el dolor tan terrible que sienten ellos, y que sentimos nosotros al verlos. Cuando estoy en hemodiálisis y la ponen a un lado mío, ella llora todo el tiempo… y yo lloro con ella. De verdad que es desgarrador verla y escucharla. Por eso les pedimos de todo corazón que ya, por favor, nos hagan caso".
Otro testimonio es el de Rogelio Luna Huerta, él vive en el municipio de San Ciro de Acosta, acude a los servicios de salud del municipio de Rioverde, pero la situación es la misma, ni siquiera le realizan las hemodiálisis porque las y los pacientes son muchos.
"Me dijo (el personal de salud) que no había espacio, hasta que alguien se muriera para poderme meter de vuelta, es cruel o duro, ¿verdad?, pero pues es real"
Rosaura Ramírez, anhela que su hija de nueve años pueda recibir un riñón, y así ella poder obtener un empleo formal y comprar su casa, ya que para poder atenderla tuvo que empezar a trabajar por su cuenta
"Yo dejé de trabajar para poder sacar adelante a mi niña, tenía un trabajo fijo, y me dijeron primero que se cure su hija y luego regrese a trabajar, es muy difícil porque yo vivo con mis papás y mis otras hijas dependen de mí, una niña de cuatro y un bebé de un año seis meses.
Rosaura, explica que su hija además de las hemodiálisis, requiere de otros medicamentos, además de llevar una dieta especial.
"Yo me dedico a vender elotes, a vender ropa de segunda, pero no me alcanza, al menos para conseguir un riñón, ¿verdad? (...) yo lo único que pido es un riñón para mi hija, para poder regresar a una empresa, para poder sacar mi casa o hacer un cuarto, no sé, porque pues yo me quedé sin casa, vivo con mis papás".








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