"Lila soñó con un festival y lo hizo realidad". Carmen Alvarado recuerda el origen del Festival Internacional de Danza Contemporánea de San Luis Potosí
- La Rata

- 11 oct
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 12 oct

Por: Leticia Vaca
Por décadas, el Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López ha sido un punto de encuentro para bailarines, coreógrafos y compañías de todo el mundo.
Pero detrás de esa historia que hoy parece inevitable —la de San Luis Potosí como capital de la danza contemporánea en México— hubo un momento de intuición y pasión, que cambió el rumbo cultural del país.
Carmen Alvarado, actual directora del Ballet Provincial del Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA) y una de las personas que acompañó a la maestra Lila López en los inicios del festival, recuerda con emoción aquella tarde en que todo comenzó.
Estábamos en el restaurante La Parroquia y me dice, oye, qué padre está yendo el festival de teatro. Estaba aquí en San Luis en ese momento un festival llevándose a cabo de teatro. Dice, a ver, apúntale ahí en tu libreta. Festival, todavía no era internacional, por supuesto, en ese momento, si no era un festival, ella se lo estaba imaginando. Dice, ¿Qué te parece si en lugar de que veamos actores, maestros, y que vayamos al teatro todas las noches a ver las funciones del teatro, sean de danza? Yo volteo y la veo y le digo, de danza. ¿Y cómo lo vamos a hacer? Ok, ok. ¿Tú ya lo tenías pensado? No. Estoy que me muero de envidia porque es de teatro. Me encantaría que fuera de danza. Bueno, pues siguió la plática y otras cosas y un día me dice, oye, ¿sabes qué? Vamos a México. Vamos a hablar con el director de Bellas Artes para plantearle la idea.
Carmen la miró sorprendida.
“Le pregunté: ¿Y cómo lo vamos a hacer? Y ella, muy seria, me dijo: ‘No sé, pero me encantaría’”.
Así, en medio de una charla casual, nació la semilla de lo que más tarde se convertiría en uno de los festivales de danza más emblemáticos de América Latina.
Un sueño que parecía imposible
Poco después, Lila decidió llevar la idea más lejos.
“Un día me dijo: ‘Vamos a México, quiero hablar con el director de Bellas Artes para plantearle la idea’”, recuerda Alvarado.
La visita fue breve, pero decisiva. “Él la escuchó atentamente y le advirtió: ‘Lila, tú no sabes en lo que te estás metiendo, pero si crees que puedes hacerlo, adelante. Yo pondré lo que sea necesario’”.
Lo que parecía una cortesía institucional se transformó con los años en una anécdota legendaria.
“Tiempo después, durante un encuentro en el Festival Cervantino, el mismo funcionario confesó frente a todos que, cuando Lila salió de su oficina, pensó que estaba loca.
Dijo que no podía imaginar cómo alguien podía atreverse a hacer un festival de danza en San Luis Potosí. Pero años más tarde levantó su copa y brindó: ‘Salud por el Festival Lila López’. Y reconoció públicamente que ella había tenido razón”, cuenta Carmen entre risas.
El nacimiento del festival
Con poco más que entusiasmo y convicción, Lila López comenzó a trabajar en lo que sería la primera edición del festival
“No tenía más que el apoyo verbal del director de Bellas Artes, pero eso no la detuvo. Se propuso usar los teatros locales, invitar a maestros y compañías, y hacer que San Luis respirara danza. Planeó todo con una claridad impresionante”, recuerda Alvarado.
El proyecto fue tomando forma con ayuda del Instituto Potosino de Bellas Artes, institución donde Lila había dejado huella desde su llegada en los años sesenta.
“Ella sabía organizar, sabía soñar. Tenía una energía desbordante y una visión moderna de la danza, de lo que podía aportar al espíritu de la gente”, dice Carmen.
En 1981 esa visión se concretó. San Luis Potosí vivió su primer Festival de Danza Contemporánea, que poco a poco atrajo a grupos de todo el país y del extranjero. Con los años, se transformó en un festival internacional, llevando el nombre de su creadora: Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
El legado de una visionaria
“Fue su vida entera”, dice Carmen con firmeza. “Ella planeó cada detalle: las funciones, las conferencias, las clases, las ruedas de prensa. Logró que artistas de todo el mundo quisieran venir a San Luis, incluso antes de que el festival tuviera una gran difusión. Su pasión traspasaba fronteras”.
La directora del Ballet Provincial recuerda también cómo el trabajo de la maestra inspiró a otros.
“Años después, el maestro Ignacio Toscano organizó un festival en Oaxaca, pero de música. Lo hizo inspirado en el modelo que Lila había creado aquí. Y tuvo la elegancia de decírselo personalmente. Eso demuestra el impacto que ella tuvo en la escena cultural nacional”.
Para Carmen, la clave del éxito del festival está en la personalidad de su fundadora:
“Era una mujer respetuosa, perseverante, inteligente y profundamente enamorada de su oficio. Luchaba por lo que creía y jamás aceptaba un no por respuesta. Por eso el festival sigue vivo: porque nació del amor y la convicción”.
Un sueño que sigue bailando
Cuarenta años después de aquella conversación en La Parroquia, el Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López continúa siendo uno de los espacios más importantes para la danza mexicana y latinoamericana.
“Ella ya no está físicamente, pero su espíritu sigue presente cada año. Cada vez que se levanta el telón, ahí está Lila”, dice Carmen.
Con una sonrisa nostálgica, concluye:
“Conocerla y trabajar con ella fue una de las mayores bendiciones de mi vida. Lila soñó con un festival... y lo hizo realidad. Hoy, su sueño sigue bailando en San Luis Potosí”.








Comentarios