-Las mamás no tienen vacaciones, no descansan
Por: Jazmín Ramírez García
Los hijos e hijas tienen vacaciones, los papás tiene vacaciones, pero las mamás...
En el bullicio de la vida cotidiana, a menudo olvidamos que detrás de cada familia funcional hay una figura clave que mantiene todo en su lugar: la mamá. Sin importar si trabajan fuera de casa o no, las mamás llevan una carga invisible que rara vez se conoce plenamente.
La idea de que las mamás nunca descansan no es una exageración, sino una realidad que merece ser destacada y comprendida.
UNA JORNADA INTERMINABLE….
El día de una mamá comienza temprano y termina tarde. Antes de que el sol se asome por la mañana, muchas madres ya están de pie, preparando desayunos, alistando mochilas y organizando el día para todos y todas.
El trabajo continúa sin tregua, desde llevar a los hijas e hijas a la escuela, hasta cumplir con las demandas de trabajo profesional o las responsabilidades del hogar. A la vuelta , por la tarde, las tareas no disminuyen: preparar la comida, supervisar las tareas escolares, bañar a los hijos e hijas y asegurarse de que todo esté listos para el día siguiente.
LA CARGA EMOCIONAL……
Además de las responsabilidades físicas, las mamás cargan con un peso emocional significativo. Son el primer punto de contacto cuando los hijos e hijas enferma, cuando hay problemas en la escuela o cuando simplemente alguien necesita un abrazo y un oído atento.
Este apoyo emocional constante puede ser agotador, ya que implica estar siempre disponible, sin importar el estado de ánimo o el nivel de energía personal.
La sociedad a menudo glorifica la imagen de la “super mujer”, capaz de hacerlo todo sin quejarse. Este mito es perjudicial, ya que no solo establece expectativas inalcanzables, sino que también ignora la necesidad humana de descanso y autocuidado. Las mamás también son personas con límites y necesidades propias, y es fundamental reconocerlo para evitar el agotamiento y estrés.
Es esencial que como sociedad empecemos a valorar y apoyar más a las mamás. Esto puede incluir desde políticas de trabajo flexible, acceso a servicios de cuidado infantil, hasta la simple pero poderosa práctica de compartir las responsabilidades del hogar y del cuidado de los hijos e hijas.
Reconocer y repartir estas tareas no solo aliviará la carga de las madres, sino que también fomentará una dinámica familiar más equilibrada y saludable.
Necesitamos cambiar nuestra percepción para apoyar a las mamás que mantienen el mundo girando, apreciar, reconocer y aliviar su carga es una responsabilidad compartida que, al final del día beneficia a toda la sociedad.
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