Por: Carlos Adrián Caballero
@CarlosRodizcab
Hedy Lamarr, actriz de la época clásica de Hollywood y considerada en su momento el rostro más bello del cine, tuvo una carrera actoral que fue medianamente relevante, sin embargo, sus conocimientos de ingeniería le permitieron realizar un invento gracias al cual hoy contamos con tecnologías como el Wi-fi, el bluetooth, o el GPS.
Antes de entrar en materia, es justo mencionar que este artículo pretende rendir, aunque sea algo de tributo a la inventora, debido a que, pese a lo importante de su contribución, esta no le fue reconocida durante mucho tiempo; reconocimiento que fue menguado por diversas razones, principalmente el hecho de ser actriz.
Juventud e inicios
Hedy Lamarr, nació con el nombre de Hedwig Eva Kiesler el 9 de Noviembre de 1915 en el Imperio Austrohúngaro, en la ciudad de Viena. Su infancia transcurrió entre clases particulares, así como en notables internados de Austria y de Suiza. A pesar de ser reconocida como niña superdotada, abandonaría finalmente sus estudios en ingeniería, decantándose por la actuación, que le apasionaba mucho.
De la mano del director Max Reinhardt, ingresa en el mundo del cine, debutando en la película Geld auf der Strabe (1930). Dos años después desempeñaría el papel que la llevaría a la fama en la película Éxtasis, del director Gustav Machatý. Filme en el cual, Lamarr aparecería completamente desnuda, mostrando su rostro, y teniendo un orgasmo; algo inédito y extremadamente polémico en esos momentos.
La escena tuvo impacto en su entorno familiar. Un empresario de la industria armamentista, Friedrich “Fritz” Mandl, pediría la mano de Lamarr a sus padres, quienes, escandalizados por la película erótica, veían en el magnate una oportunidad de enderezar el rumbo de la muchacha. Finalmente, y contra sus deseos de continuar en el mundo de la actuación, Lamarr contrajo nupcias con Mandl, quien resultaría ser un obsesivo y celoso en extremo, al punto de tenerla encerrada en su casa, salvo cuando la llevaba de acompañante. No obstante, su ostracismo permitiría a la austriaca retomar sus estudios de ingeniería, factor que sería crucial posteriormente.
Cabe mencionarse que, Mandl no solo era un esposo obsesivo, era también un magnate armamentista que tenía importantes negocios con los regímenes de Benito Mussolini y de Adolfo Hitler, al punto que se le consideraba como “ario honorario”, pese a su ascendencia judía.
En cuanto a Lamarr, llegaría el día en que lograría escapar de su fatal matrimonio. La versión más aceptada sostiene que escapó por la ventana de un baño, llevándose algunas joyas para cambiarlas por el dinero que le sustentaría sus gastos de huida. Pese a que fue seguida por los hombres de Mandl, en Inglaterra, ella lograría abordar un barco con rumbo a Estados Unidos, viaje que sería su salvación y también el comienzo de su nueva vida.
La vida en el cine y la farándula
Es durante su traslado hacia EE. UU. cuando conoce a Louis B. Mayer, presidente de la Metro-Goldwyn-Mayer, quien la contrataría para reanudar su carrera como actriz, esta vez en el ascendiente Hollywood. Hedwig Kiesler, adoptaría una nueva identidad con el nombre de Hedy Lamarr; de esta forma quedaba deslindada del papel de Éxtasis, y de los escándalos en su país de origen, lista para iniciar una nueva vida.
En 1938, participa en Argel, su primera película en Hollywood. Aunque su incipiente carrera hollywoodense parecía destinada a un gran éxito, ésta se vio truncada debido a desafortunadas decisiones de la actriz; rechazó los papeles en las películas Casablanca y La Luz que agoniza, películas que tuvieron gran impacto. Su carrera actoral alcanzaría su punto álgido en el filme Sanzón y Dalila, del año 1949, producida por la Paramount Pictures.
Sin embargo, la carrera de Lamarr no pudo retomar su buen ritmo, y terminó por retirarse de la industria en 1957, pasando el resto de sus años en una vida solitaria, con problemas personales serios y sin que se le reconociera durante largo tiempo por su apoyo en los esfuerzos bélicos de la Segunda Guerra Mundial; tema del que se hablará en el siguiente apartado.
La Segunda Guerra Mundial y la invención del espectro ensanchado de salto de frecuencia
Hedy Lamarr quedaría marcada por el hundimiento de un barco de refugiados, que fue hundido por un submarino alemán en 1940, siendo aún neutrales los Estados Unidos, por lo que decide poner sus conocimientos al servicio de su nueva patria.
Lamarr acudió a la National Inventors Council para ofrecer su ayuda en el desarrollo de tecnología para la guerra, sin embargo, fue rechazada y en su lugar la pusieron a vender bonos de guerra. Durante esta campaña de bonos, la actriz se dedicó a dar un beso a cualquiera que comprara al menos dos mil 500 dólares en bono, logrando recaudar en una noche siete millones de dólares.
Empero su faceta de inventora continuaba inquieta, y es así como desarrollo sistema de transmisión que resolvería los problemas a los que se enfrentaban los militares norteamericanos en esa época.
En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, la radio era principal medio de comunicación, pero este enfrentaba dos problemas importantes: las transmisiones eran fácilmente triangulables; eran además muy propensas a sufrir afectaciones por causas naturales. Problemas a los que Lamarr, usando sus conocimientos de ingeniería daría una solución:
“El sistema concebido por Hedy partía de una idea tan simple como eficaz. Se trataba de transmitir los mensajes u órdenes de mando fraccionándolos en pequeñas partes, cada una de las cuales se transmitiría secuencialmente cambiando de frecuencia cada vez, siguiendo un patrón pseudoaleatorio. De este modo, los tiempos de transmisión en cada frecuencia eran tan cortos y además estaban espaciados de forma tan irregular, que era prácticamente imposible recomponer el mensaje si no se conocía el código de cambio de canales.”
Lamarr no tenía mayor problema en diseñar y poner en marcha los artilugios requeridos, sin embargo, requería ayuda para el tema de la sincronización, asunto en el que fue apoyada por el músico George Antheil.
Entre ambos desarrollaron el espectro ensanchado por salto de frecuencia; sistema que registraron en 1942 con la patente 2,292,387. El problema radicó en que la marina estadunidense consideró que no era factible hacer uso de la nueva tecnología, pese a la insistencia de ambos inventores, pues como el diagrama estaba inspirado en el funcionamiento de una pianola, los militares no tomaron en serio el invento. La invención sería desarrollada hasta 1957 por ingenieros de la empresa estadunidense Silvania Electronic Systems Division, cuando la tecnología de aquel momento ya permitía su utilización, pero también cuando la patente ya había vencido.
Por tal motivo Lamarr no recibió ni un solo centavo del uso de su invento, situación agravada porque el apellido con el que firmó era de un matrimonio que apenas duró 3 años, y su aportación le sería reconocida hasta el ocaso de su vida.
El legado y los últimos años de Lamarr
Al poco tiempo de haber comenzado el desarrollo para uso militar del espectro ensanchado, este mostró su alta efectividad durante la crisis de los misiles de Cuba en 1962 y en Vietnam. Fue la base para sistemas de transmisión tanto militar como civil, incluyendo tecnologías como el wi-fi o el bluetooth, por lo que no es difícil vislumbrar el impacto real que tuvo el ingenio de Lamarr para la humanidad.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Hedy continuó con su faceta de inventora pero de manera muy discreta, pues temía que esto repercutiera negativamente en su carrera como actriz. Al final ambos lados de Lamarr terminarían solo como episodios de su pasado.
Lamarr pasó una vida complicada el resto de sus años, pasando sus días entre la amargura y el ostracismo.
Sus contribuciones serían reconocidas hasta 1997 cuando se le otorgó el Pioneer Award en día 12 de marzo en la ciudad de San Francisco.
“Su amargura había crecido hasta el punto que, cuando le comunicaron la concesión del Pioneer Award se quedó imperturbable y comentó escuetamente. ‘Ya era hora’ (it’s about time).”
Su hijo Anthony Loder, recibió el premio en su lugar. Además de este galardón, Hedy Lamarr también fue reconocida con Bulbie Gnass Spirit of Achievement Award (junto con Antheil), al igual que una distinción honorífica otorgada por el proyecto Milstar; la Asociación Austriaca de Inventores y Titulares de Patentes le concedió la medalla Viktor Kaplan y, como colofón, en el verano de 1999, el Kunsthalle de Viena le rindió homenaje a través de un proyecto multimediático. En Austria, Alemania, y Suiza el Día del Inventor se celebra el día 9 de noviembre, día del nacimiento de la actriz e inventora.
Hedy Lamarr falleció el 19 de enero del año 2000, con un reconocimiento demasiado tardío y con una carrera actoral que se vio truncada por malas decisiones. No obstante, es innegable el impacto que el ingenio de Lamarr tuvo para el desarrollo de las tecnologías que actualmente forman parte de nuestro día a día. Reiterando la intención de hacer de este ensayo un tributo y recordar los méritos de aquella gran mujer, así como presentar su obra a quienes no la conocían.
Comments