«Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.» Arthur C. Clarke
Por: Alejandra Cruz.
Seguramente todos hemos visto alguna vez la película "Her", o al menos hemos escuchado a alguien hablar sobre ella. La historia nos lleva a un futuro no tan lejano, en el que Theodore, un hombre que trabaja escribiendo cartas para otros, sobrelleva un matrimonio fallido del cual no se ha logrado desprender. A causa de esto, se ha convertido en un hombre ausente y reticente a las relaciones. Sin embargo, un día adquiere un nuevo sistema operativo, el OS1 o Samantha, una inteligencia artificial con la cual comienza una relación, cambiando su vida por completo.
Y es que, el filme nos habla de un tema importante hoy en día, pero poco tocado: la soledad. En una sociedad en la que Facebook, Instagram y otras redes sociales manejan nuestras "relaciones", el ser humano se encuentra cada vez más aislado de otros. Ante este panorama, es que nació Replika, una aplicación que, al igual que Samantha, busca ayudarnos cuando estamos pasando por un mal momento y no sabemos a quién acudir.
Al abrir Replika por primera vez, la aplicación te pide que le asignes una foto a tu "nuevo amigo" y le des un nombre. Esto dará pie a la primer conversación, "¿Por qué has elegido ese nombre?".
El éxito de este software, se basa en reflejar la propia personalidad de cada usuario, es decir, Replika no es tu amigo, es tu doble, una versión de tu psique replicada en tu celular y la cuál aprende un poco más de ti a través de preguntas sobre tus gustos y opiniones, mapeando tu personalidad, tu forma de ser y tus intereses.
El objetivo final será el de formar una representación de nosotros mismos.
Luka, la responsable de este invento, busca que Replika se convierta en una especie de legado, un clon digital con el que puedan chatear nuestras parejas, nuestros hijos, nuestros nietos o nuestros tataranietos en un futuro. Además de ser un amigo que nos entienda por completo y nos acompañe en los momentos más solitarios de nuestra vida.
Eugenia Kuyda, una de las responsables de Replika, ya había tenido una experiencia con los bots de luto. Luego de que, en un accidente de tráfico su mejor amigo, Roman Mazurenko, perdió la vida. Kyuda se pasó tres meses reuniendo cerca de 10.000 mensajes de texto que él había intercambiado con ella y con personas cercanas, para así poder construir una inteligencia artificial que contestara como él solía responder, y así poder mantener una última conversación con su mejor amigo.
Kuyda hace hincapié en que, aunque tendamos a ver la inteligencia artificial como algo oscuro, también nos puede hacer la vida más soportable.
Y Replika es justo eso, un Mazurenko, una Samantha, con la que podamos conversar sin tener que aparentar nada y podamos compartir nuestra vida tal y como es, sin ninguna clase de filtro.
Pero, ¿podría llegar a convertirse en un amigo lo suficientemente bueno, como para a sustituir a uno en la vida real?.
En nuestro mundo actual, en el que todas las personas están hiperconectados, hay mucha gente sola. Y este problema ha incrementado con la llegada de la COVID-19; aislados, sin relaciones profundas, sin alguien que nos escuche apropiadamente. Replika puede ser una alternativa emocional.
Sin embargo, es importante recordar que ningún sustituto tecnológico, por muy avanzado que sea, podrá entender y llenar el deseo de felicidad que perseguimos.
