Para todo mal, mezcal; para todo bien, también
- La Rata
- 12 jun
- 2 Min. de lectura

Por: Joce Benites
San Luis Potosí posee una rica herencia cultural que honra las bebidas derivadas del agave, símbolo por excelencia de la identidad nacional. El mezcal, en particular, destaca por su historia y sabor.
Saborea los matices de los licores con infusión de agave mientras te dejas envolver por la belleza soleada del desierto guachichil. Al adentrarte en los orígenes del pulque y el mezcal, descubrirás que ambas bebidas nacen del mismo arbusto: el maguey.
Esta bebida tan mexicana, elaborada en el altiplano potosino, ha sido motor de arraigo, ha evitado que muchas personas emigren, manteniendo viva la tradición de cultivar el agave y producir mezcal.
Si deseas conocer más sobre la historia del agave y la elaboración del mezcal, puedes visitar la mezcalera Júrame, ubicada en la comunidad de Estación Ipiña, en el municipio de Ahualulco, a aproximadamente una hora y media de la capital potosina.
Quizá has oído hablar de la Ruta del Mezcal: un recorrido turístico que celebra la producción y cultura de esta bebida ancestral. Es una experiencia inmersiva que te permite conocer de cerca todo el proceso, desde el cultivo del agave hasta la destilación, incluyendo degustaciones y experiencias gastronómicas locales. ¿A poco no se te antoja?
Hay un dicho muy popular que reza: "Para todo mal, mezcal; para todo bien, también". Y si la situación se complica aún más, se agrega: "Y si no hay remedio, litro y medio."
¿Por qué para todo mal? Porque el mezcal se considera una cura para el alma, una medicina espiritual contra el estrés, la tristeza o las penas. ¿Y para todo bien? Porque también es protagonista en las celebraciones, símbolo de alegría y fraternidad. ¿Y si no hay remedio? Pues a brindar sin medida, buscando en su sabor el consuelo o la evasión.
Existen otras frases populares que rinden homenaje al mezcal, como:
"En este mundo terrenal, es oro líquido el mezcal."
"Quien mezcal no ha bebido, no ha vivido."
"El tequila te enseña el corazón de México, pero el mezcal te muestra su alma."
Y una más, llena de picardía y humor:"Me sirvo la copa, levanto el brazo, inclino el codo, y a la salud de todos… ¡me lo chingo todo!"
Los mezcales se clasifican en dos tipos principales:
Mezcal ancestral, elaborado siguiendo métodos tradicionales como la molienda con mazo, cocción en horno de tierra y destilación en ollas de barro.
Mezcal artesanal, que puede emplear herramientas modernas como desbrozadoras y destilarse en recipientes de cobre, sin perder el respeto por sus raíces.
La palabra mezcal proviene del náhuatl mexcalli, que significa “maguey cocido”. El maguey mezcalero es una planta de la familia de las amarilidáceas, con hojas largas, fibrosas y puntiagudas, de un característico tono verde azulado.
San Luis Potosí no solo conserva esta tradición: la vive, la respira y la celebra. Porque el mezcal no es solo una bebida… es cultura líquida, identidad destilada y un abrazo al alma en cada sorbo.
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