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Metro. Tumba colectiva de la Ciudad de México

“Nunca podrás imaginar lo que es ir a identificar

el cuerpo de tu hijo […]

se aventó al metro, me dijeron…

¿por qué?”.

-Anónimo


Por:M. Alejandra Ruiz.


El 5 de septiembre de 1969, el metro de la Ciudad de México comenzó sus labores como transporte público y, actualmente, cuenta con 12 líneas que conectan diferentes puntos de la ciudad, incluyendo algunos municipios cercanos del Estado de México. Desde su apertura, este trasporte se ha convertido en un símbolo ciudadano, así como en portador y acompañante de diversas historias. Sin embargo, no todas estas son dignas de ser recordadas.


La Ciudad de México se considera una de las más pobladas del mundo, albergando alrededor de 8 millones 918 mil 653 habitantes según el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2015. ¿Será esto una causa de estrés y depresión colectiva que se ha ido sembrado en esta ciudad? De acuerdo con un estudio realizado por una compañía británica, Zipjet, la Ciudad de México es la quinta ciudad más estresante de Latinoamérica, debido la calidad de vida que se obtiene en el lugar. El estrés ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad psicológica, la cual pone en riesgo, también, la salud física de quien la padece, ya que es una de las condiciones primordiales que llevan al suicidio.


Según el reporte que presentó el INEGI en 2018, la tasa de suicidios en México era de 5.2 por cada 100,000 habitantes, afectando más el sector que tiene entre 20 y 25 años. Sin embargo, aunque la Ciudad de México no se expone como una de las entidades federativas con un índice alto de suicidios, cuenta con uno de los “métodos” más controversiales de la república.


“[…] estaba ahí, esperando al metro cuando solo vi que se aventó, no puede hacer nada, solo escuchar cómo se rompía su cuerpo ahí abajo […] de pronto la gente comenzó a gritar…”.


En los últimos años, el “aventarse al metro” ha ido en aumento; en este, ya van alrededor de 10 casos reportados. Una de las consecuencias que deja este tipo de acontecimientos, y la que afecta más a los usuarios, es el retraso de los trenes, ya que las maniobras de rescate tardan alrededor de una hora o más, por esto es por lo que son ‘odiados’ todos aquellos que utilizan este método. No cabe duda de que es una opinión dividida: “La verdad, no está padre, cuando llega a pasar, todo se retrasa como dos horas, tengo problemas de llegar al trabajo, a mí me descuentan, y quién me va a dar ese dinero faltante”, “Es que no es posible que hagan eso, o sea, mínimo que lo hagan en una línea que no sea tan usada, o una hora que no sea pico”, “habiendo tantas formas de matarte y se echan a las vías…”, “Yo imagino que para hacer algo así, debes estar pasando por algo terrible”, “Espero que lo que lo aquejaba aquí no lo acompañe con Dios”, son algunos de los comentarios que usuarios del metro compartieron para exponer su postura ante esto.


No obstante, ¿qué es lo que pasa del otro lado?, ¿qué lleva a una persona a terminar su vida de esa forma tan dolorosa y agonizante? Una usuaria del metro de la Ciudad de México narró su experiencia de ver a alguien cometiendo esta forma de suicidio: “[…] estaba ahí, esperando al metro cuando solo vi que se aventó, no pude hacer nada, solo escuchar cómo se rompía su cuerpo ahí abajo, y luego humo y el sonido de cómo se quebraba algo, fue muy traumático porque, entonces, de pronto, la gente comenzó a gritar. Es algo que creo que jamás voy a olvidar, no porque haya llegado tarde a la escuela, sino porque siempre me voy a preguntar por qué lo hizo, por qué de esa forma, y qué diría su familia al saber lo que pasó”. También comentó que la persona que “se aventó” parecía “normal, sin ningún comportamiento extraño o indicativo de lo que haría".


“[…] Simplemente se despidió, como todos los días. Yo sabía que andaba triste, pero no para que acabara así, solo estaba triste y eso se pasa, jamás creí que no volvería de su trabajo, no era un mal muchacho”. La señora N, que pidió que se mantuviera su nombre completo en el anonimato, relató un poco de lo que fue lidiar con un evento como este. Comentó que recibió una llamada en la que le pedían que fuera a reconocer un cuerpo, “[…] se me bajó la sangre, y no pude contestar, ¿yo?, me pregunté […] y sí, era él, mi hijo […]. Nunca podrás imaginar lo que es ir a identificar el cuerpo de tu hijo […] se aventó al metro, me dijeron… ¿por qué?”. Además, ¿ contó que la muerte de su hijo fue algo público, que, a pesar de que las autoridades correspondientes fueron cautelosas al no divulgar el nombre, “todos” en la ciudad sabían del chico que se aventó: en las noticias lo mencionaron, en los periódicos con títulos amarillitas, en todos los medios de comunicación de la Ciudad. También, expresó que se sintió enojada al saber los insultos y el desprecio que la comunidad sentía hacia un chico triste que no encontró otra salida más que la muerte; la impotencia que sintió al ser interrogada y al desmentir cualquier falsedad que le levantaban a su hijo como el consumo de drogas, alcohol o deudas; todo de él quedó al descubierto. “Yo no volví a ser la misma, sentía que todos me señalaban, porque sé que hay quienes andan por ahí, irrespetando la memoria de mi hijo, con un ´¿te acuerdas del chavo que se aventó?´, porque sé que lo vio mucha gente, y que así lo van a recordar”.


Algunas de las líneas con mayor índice de víctimas de suicidio son la línea 3 (correspondencia Universidad a Indios Verdes), 2 (correspondencia Tasqueña a Cuatro Caminos) y 8 (Correspondencia Constitución de 1917 a Garibaldi). Asimismo, los casos han ido en aumento en los últimos tres años, con un porcentaje estimado del 14.29% en mujeres y del 85.71% en hombres y, aunque algunos también se reportaron como accidentes y no suicidios, el Sistema de Trasporte Colectivo declaró “sin vida” a todas las víctimas.


**Pasa el cursor sobre la imagen para visualizar las muertes registradas en las estaciones del metro marcadas.**


Sin duda, los suicidios en el metro de la Ciudad de México nunca se irán de la memoria, ya que son muertes colectivas, apadrinadas por el morbo e insultos de los usuarios y por los recuerdos de quienes lo presenciaron, además de permanecer en un registro eterno. El metro, un lugar donde cientos de personas han encontrado el final, una tumba publica que nos pertenece a cada uno de nosotros, porque ¿qué es lo que tú pensarías ante un caso como estos? ¿Te podrías poner del otro lado?.

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