Por: Ximena Jaqueline González Correa
Maryed Soriano es una artista multidisciplinaria de 31 años, originaria de San Luis Potosí, con diversas cualidades artísticas que le permiten expresarse a través de elementos como la fotografía, la poesía y el teatro.
Su encuentro con el arte surgió mientras era una niña, cuando su mamá la llevaba con ella a la biblioteca debido a su trabajo. Ahí, entre libros y estanterías, descubrió una fascinación por la literatura a través de las historias de fantasía y horror.
Conforme fue creciendo descubrió las artes escénicas, disciplina a la cual dedicó sus estudios y que ahora desempeña a nivel profesional como docente. Al mismo tiempo, mientras se desarrollaba en el teatro siguió escribiendo sus historias y poemas, las cuales eventualmente decidió acompañar de fotografías.
Una vez descubiertos estos tres ejes, Maryed decidió combinarlos para crear obras artísticas únicas y con un “nuevo lenguaje” que fuera capaz de entenderse desde distintas perspectivas.
A manera de complementar sus obras, la artista realizó estudios en antropología, lo cual le permitió entender y expresar mucho mejor las particularidades de los seres humanos y la forma en la que se desarrollan en sociedad.
A pesar de haberse enfrentado a limitantes como los prejuicios sociales y estigmas sobre que el arte no es una carrera real o que "del arte no se vive”, e incluso juicios de que su arte no era bueno y que ella no sería capaz de llegar lejos con sus obras, hoy comparte sus creaciones ante las y los potosinos su talento y habilidades artísticas a través de su nueva exposición “Conjuros”.
“Conjuros” es una exposición compuesta por un conjunto de fotografías profundas y discursivas, de las cuales la mayoría son en blanco y negro. Esta busca exhibir a través de un performance sobre la ritualidad de los seres humanos todo aquello que rodea y distingue a las personas, sus cuerpos, sus tradiciones, sus relaciones y su sentir; mediante discursos poéticos, simbólicos y abstractos plasmados de manera fotográfica sobre las paredes de la galería Antonio Rocha Cordero en el Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA).
La artista busca constantemente visibilizar problemáticas sociales y de perspectiva de género que aquejan su entorno, como las violencias, los prejuicios, la desigualdad, la precariedad y demás injusticias.
Aunado a esto se encuentra desarrollando pedagogías hacia la no violencia cómo aportación de enseñanza digna y respetuosa buscando promover un cambio en las infancias y juventudes potosinas.
Su trabajo se ha convertido en una inspiración para las y los potosinos, ya que el arte puede ser una forma de activismo para visibilizar y crear conciencia sobre las problemáticas sociales.
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