Por: Joce Benites
Prácticamente toda la sociedad esta lista para celebrar la navidad, sin embargo no dispuesta en su totalidad a celebrar la esencia de la misma, es decir, mucho se ha mencionado de que la esencia de esta celebración es el amor y todos los valores que del mismo se desprenden pero, en realidad amigos lectores, ¿no observan y experimentan todo lo contrario?
Se nos dice que la Navidad es época de alegría y de paz, pero es una fecha en donde más se apresura y más incidentes ocurren; al grado que las distintas autoridades se ven obligadas a unir esfuerzos para evitar contingencias.
Digamos que es su obligación, el velar por la seguridad de la población, pero entonces, ¿dónde está, la esencia de la fecha?, ¿en dónde queda la real preocupación, digamos por los más desprotegidos, sí hablamos de los pobres, abandonados, personas con discapacidad, etc.
Existen programas de beneficio social pero como sociedad, acaso nos hemos cuestionado de las acciones y actitudes que abonamos a su favor.
Y no basta con obsequiar lo que sobra a ese sector, sino beneficiar con pequeñas acciones a quienes están a nuestro alrededor, en el hogar, en la escuela, en nuestro centro de trabajo, en fin.
En ocasiones tanta luz y brillo de estas fiestas encandilan y nos hace ignorar lo que realmente necesita de nuestra atención.
En resumen, existen sectores y problemáticas que aquejan a la sociedad y la Navidad puede ser justo sumar acciones e ideas que contribuyan a una mejora.
Se nos ha enseñado que en esta fecha todo es amor y alegría, desafortunadamente las autoridades y las grandes empresas deslumbran al individuo con mensajes y obsequios, mientras que, el resto del año lo engañan y hasta explotan.
Es por ello que digo los valores de la navidad deberían ser permanentes y no sólo de un día o del mes de diciembre.
Los grandes líderes son los que entienden que el compromiso principal es con ellos mismos y su desarrollo personal, pero si en ocasiones no se dirigen a ellos mismos, cómo lo harán por los demás, es decir, nadie puede llevar a otros si no se lleva a sí mismo.
Es obvio que la mayoría de la población gusta de la fecha y se esfuerza por crear la navidad perfecta, se lleva semanas completas o todo el mes en hacer preparativos pero, en medio de estrés y prisas que concluyen en disgustos y cansancio, quedando bastante lejos esa alegría y paz de la que tanto se habla.
Y qué decir de la mercadotecnia que nos vende ideas y productos innecesarios al por mayor cuando el cariño y la dicha se puede y vale expresar desde un simple saludo amigable.
No se esfuerce ni preocupe demasiado querido lector, la navidad se disfruta también con cuestiones sencillas, así como el contar con su familia unida; festeje y hágalo por amor a los suyos y a la sociedad entera. FELIZ NAVIDAD, QUERIDOS LECTORES.
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