Por: Joce Benites
Cuando alguien cumple años, el deseo más común es de una larga y feliz vida. Sin embargo, suele celebrarse con acciones y productos que afectan a la misma si no se tiene control de ellas, como es el caso del tabaco.
El sector salud dice que por cada cigarrillo que se consume se le restan minutos a la vida. Entonces, ¿por qué la necedad de fumar?
Las razones pueden ser variadas, pero imaginen todos los beneficios que de la boca emanan. Dice el chiste cuando alguien es muy grosero “¿y con esa boca comes?”. Creo que también aplicaría para quienes fuman en exceso.
Sí fuéramos más conscientes de que con la boca y los pulmones ejercemos un sinnúmero de acciones, posiblemente seriamos más cautelosos al momento de introducir alimentos u objetos para su uso, degustación o diversión.
Paladear los alimentos es la acción que más se disfruta, pero al momento de poseer algún inconveniente como lo produce el tabaco, difícilmente ha de ser agradable ejecutar la acción.
Es natural que al momento de realizar cualquier celebración se sienta alegría, pero por sentido común no se puede dejar de lado la salud propia, así como la de quien nos rodea.
Dirán: vaya, vaya, nos quieren “terapear”, pues quizá, pero si existen una y mil actividades que con nuestra boca y pulmones podemos ejercer, pues si abusamos del tabaco todas ellas se reducirían a muy poco, pensémoslo y quizá comprendamos que no es tan importante entrar en un círculo social, sino la forma en que saldremos perjudicados en la salud y hasta en nuestro bolsillo.
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