Por: Sofía Mayela
Fátima Alvizo es una abogada, feminista, activista y defensora de Derechos Humanos, originaria de San Luis Potosí. En entrevista con La Alcantarilla contó desde sus inicios de activista en la organización civil hasta su labor desempeñada en la función pública y el cómo ha cambiado su percepción de las problemáticas sociales que afectan en la actualidad.
Proveniente de una familia obrera, de padres nacidos en dos ranchos: Laguna de San Vicente y Villar en Cerritos, es parte de la primera generación familiar que nace en la capital de San Luís Potosí. Por la importancia del contexto en el cual se ha desarrollado, Alvizo considera la mayoría de los activistas, y defensores, se encuentran influenciados por su trayectoria de vida, así como por los acontecimientos que los han impactado y deberían cambiar.
Su activismo comenzó cuando formó parte del colectivo “Universitarios Libres” que buscaba democratizar la universidad por tres razones: la primera, debido a que los partidos políticos ocupaban a los grupos estudiantiles como moneda de cambio para las elecciones; la segunda, porque los representantes de las sociedades de alumnos carecían de incidencia en las tomas de decisiones de la universidad; la tercera, relacionada a la gratuidad de la universidad pública.
De igual manera, comenta que su manera de vincularse con el activismo fue madurando conforme el paso del tiempo, dejando a un lado el síndrome de salvadora, en sus palabras:
“Para mí fue importante encontrarme desde otro lugar, entender que no salvo a nadie, no soy heroína de nadie, soy una mujer más con muchas cosas que me atraviesan y duelen, y que por eso decido hacer algo distinto”.
Su activismo se ha enfocado principalmente en temas como el trabajo del hogar, puesto que su madre es trabajadora del hogar, al igual que en la interrupción legal del embarazo, de lo cual puntualiza que:
"Todas las mujeres de clase trabajadora que crecemos en contextos precarios, el mandato de ser madre es están fuerte que limita nuestras trayectorias de vida y nos impide ser seres plenos”.
Otro tema al que recurre es el de la violencia de género, dado que ella misma lo ha vivido.
A su juicio, ser abogada ha conllevado ventajas y desventajas en su labor como activista y defensora de los Derechos Humanos:
“Ha sido una ventaja, en tanto entiendo el sistema jurídico y he podido llevar algunos casos, también entiendo cuando construimos política pública a nivel institucional. Y una desventaja es que me parece una carrera con valores muy conservadores que te cuesta desaprender”.
Abogada, feminista, activista y funcionaria
Fátima realizó sus estudios de grado en la Facultad de Derecho “Abogado Ponciano Arriaga Leija” de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, asimismo cuenta con una especialidad en Juicios Orales y Proceso Penal Acusatorio por el Instituto Nacional de Ciencias Penales. Actualmente cursa la maestría en Derechos humanos y democracia por la FLACSO México.
Profesionalmente ha formado parte de distintas organizaciones civiles como Enfoque de Igualdad Ac y Educación y Ciudadanía A. C. Actualmente es fundadora de Lúminas Centro de Derechos Humanos, A.C.
También se ha desempeñado como funcionaria de la nación siendo agente del ministerio público básico y supervisora, coordinadora de inclusión y género del organismo público local electoral. Asimismo, ha ejercido el cargo de analista criminal para la fiscalía del Estado de Chiapas.
Estar dentro de la función pública le permitió entender las dificultades que desde afuera percibía como evidentes, pero que dentro de las instituciones son difíciles de corregir. Debido a las problemáticas que permean en la sociedad actual y lo complicado de su tratamiento, sostiene que
“La realidad es más compleja de lo que quisiéramos pensar y las soluciones tendrán que ser más complejas de lo que quisiéramos pensar”.
