Lila López: la danza eterna de su legado
- La Rata

- 11 oct
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Actualizado: 12 oct

Por: Eliane Aguilera
La voz de Lila López envolvió uno de los recintos culturales más importantes de San Luis Potosí, mientras imágenes y videos –de distintas etapas de su vida– cubrían el espacio de un manto de nostalgia y respeto.
Con su legado como base, inició la 45ª edición del Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López
El acto inaugural “Void” estuvo a cargo de la compañía Última Vez y del multipremiado coreógrafo belga Wim Vandekeybus, quien por medio de 6 personajes variopintos, representó la complejidad que habita el ser humano.
La coreografía inmersiva, en una era que se caracteriza por la inmediatez, convirtió a los espectadores en parte del diálogo establecido entre el movimiento y el cuerpo.
En días posteriores, diversas compañías de danza – CEPRODAC, Año Cero, Ballet Provincial de San Luis IPBA, Melancholy Dance Company– se adentraron en tierras potosinas para cautivar a la audiencia. Los escenarios del Centro Cultural de Difusión Raúl Lopez Gamboa, el Teatro Polivalente del CEART y el Teatro de La Paz fueron testigos de la fuerza y el talento que emanaban de la corporalidad.
En esta edición, las interpretaciones dancísticas ofrecieron una variedad de estilos que conectaron con distintos sectores de la población:
Desde espectáculos infantiles como "La Historia de Pepe el que perdió las letras, las palabras, la memoria” de la compañía El Ángel del Espejo Danza–Teatro; hasta producciones que combinaron técnica y expresividad como "Pie Jesu” de la compañía Año Cero.
Más allá de cada función, las actuaciones se alzaban como un tributo tácito a una misma presencia: Lila
Lila: un juego divino
“[….] Todo puede sugerirnos al pasarlo a la danza, son una serie de interminables ejercicios de taller hasta que se logre el mensaje estético que debe pasar al público claro y sin preocupaciones […]” Lila López, 1965.
Hay nombres que trascienden las letras y los sonidos que los conforman, para convertirse en movimiento, gesto y ritmo.
De acuerdo a la tradición sánscrita, Lila significa “juego divino” o “divina diversión”.
Resulta profético, como si su destino se hubiera trazado en el nombre: el juego divino se transformó en danza; la danza en lenguaje y su cuerpo en el medio que construyó su legado.
Como un flujo creativo y espontáneo, manifestación de la existencia misma, lo dancístico trasciende a la técnica: es un juego entre lo espiritual y corporal que entrelaza lo efímero con lo eterno.
La historia de la danza en San Luis Potosí es inseparable a la figura de Lila López; y aunque su presencia física se haya marchado, su herencia perdura en cada coreografía, cada escenario y en la danza que se encarna en el alma de quienes la interpretan.








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