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Foto del escritorLa Rata

El valor de una brava afición.



Por: Isael Castillo.


En el mundo del futbol no existe nada más ruidoso que un estadio lleno el día de un partido. Todos los aficionados acuden al recinto para ver jugar en vivo a su equipo preferido y apoyarlo, llevando puesta la camiseta o pintándose el rostro con los colores del club; pero en ese tenor también está la otra afición, aquella que eleva la pasión con los instrumentos, los cánticos, vítores y porras durante los noventa minutos de juego sin parar.


Al ritmo de tambora, trompetas, bombo y platillos, los seguidores de Independiente de Argentina, cantan “la banda del rojo ya llegó”, mientras brincan en su mismo lugar, arengan agitando los brazos o las propias camisetas que se despojan para mostrar los tatuajes en sus torsos que denotan fidelidad a su equipo, para luego desplegar una enorme manta que cubre todas las gradas detrás de la portería en la que se muestra un dibujo del Estadio Libertadores de América con la leyenda “Eternamente Gracias”.


Esta afición, denominada “Barra” o simplemente “Porra” ha sido homologada con la violencia, por diferentes hechos ocurridos en los estadios donde ha habido enfrentamientos entre integrantes de estos grupos contra la policía o contra miembros de otra porra.


Países como Argentina e Inglaterra han tenido una lucha constante para combatir este tipo de situaciones en los estadios, aunque sin mucho éxito, ya que el caso más reciente ocurrió el año pasado previo al partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores, donde un grupo de la barra que apoya a River Plate, conocidos como “Los Borrachos del Tablón”, arremetieron contra el autobús de Boca Juniors, lazando objetos que dañaron el vehículo y ocasionaron lesiones a los jugadores.


Este tipo de actos, más allá de las sanciones legales que ameritan, ponen en seria cuestión el verdadero propósito de una afición que no solo alienta sino que además agrede y representa un peligro para todos. Por eso se ha pensado su veto de los estadios o su desaparición, pero ¿realmente tiene que ser así? ¿Es su apoyo necesario para el equipo de futbol al momento del partido?.


Para saber si sus cantos y apoyo realmente tienen el efecto positivo que suponen, qué mejor que contar con la opinión de un futbolista que vive la experiencia cada partido. Víctor Emanuel Aguilera, actualmente defensa central del Club América, sabe lo que es vivir un duelo de futbol con grandes aficiones detrás de él apoyándole o desacreditándolo.


“He visto a las barras del América en los días de partido tanto adentro como fuera de la cancha y son una barra impresionante que está apoyando y cantando todo el partido y eso te motiva a la hora de jugar cada partido”. Emanuel Aguilera.


-¿Qué opinión te merece la hinchada americanista?


-EA: El apoyo siempre se siente de la hinchada, estás concentrado en el partido, pero es inevitable no escuchar a la barra que alienta y es muy parecido a lo que viví en Argentina, que una barra te apoye y lleve adelante dentro de la cancha.


Emanuel Aguilera, argentino de nacimiento y formado en el futbol de su país, militó con clubes como Defensa y Justicia, Godoy Cruz e Independiente, por lo que sabe cómo son las aficiones de los clubes argentinos, llamadas “Barras Bravas” o “Hinchas” por la intensidad que despliegan a la hora del partido y lo violentas que pueden llegar a actuar.


-¿Qué opinión o imagen de las barras bravas argentinas tienes?


-EA: No tan buena. Hace casi diez años que no se está recibiendo público visitante (en Argentina) por el tema de enfrentamiento de barras. Aquí (México) he visto que los rivales están viendo un partido juntos y creo que allá de esa manera no se puede vivir un partido de futbol.


Ema jugó de 2014 a 2016 para el conjunto argentino Club Atlético Independiente, equipo que mantiene una rivalidad acentuada ante Racing Club, en el clásico de la ciudad de Avellaneda.


-¿Cómo vivías el Clásico de Avellaneda?


-EA: Impresionante, después del clásico Boca-River, el más importante de Argentina es el de Racing-Independiente. La verdad es una experiencia única, es muy linda la manera que se vive un clásico en Argentina, donde se juegan muchas cosas y es un sueño de todo jugador el jugar en un equipo grande y vivir este tipo de experiencias, es inolvidable.


-Cuando estabas en Argentina con Independiente ¿Qué sentías al ver la hinchada local de los Diablos Rojos?


-EA: La verdad es algo impresionante, sabiendo que Independiente es uno de los clubes grandes de Argentina y de la manera diferente que se vive, donde gritan más, se hinchan más por así decirlo, es una locura linda, pero no cuando pasa el extremo y llega la violencia. En ese sentido, esa pasión, uno lo siente dentro de la cancha y lo motiva aún más.


-Cuando salías a la cancha del Libertadores ¿Te sentías cómodo, realmente apoyado o la afición te hacía sentir incómodo?


-EA: Depende la situación del partido, cuando vas ganando la gente enloquece más y levanta el ánimo, pero también de la forma contraria cuando uno no está haciendo bien las cosas, sientes más el abucheo o insultos.


-¿Los hinchas realmente te dan un plus?


-EA: Sí, muchas veces hay equipos particulares como los llamados grandes donde a veces la misma barra brava hace que te motives un poco más y hace que puedas ganar un partido por el incentivo que te da un hincha detrás de una tribuna.


-¿Cómo eran los partidos contra River o Boca, te daban miedo?


-EA: Quizás miedo no, pero sí ese plus o motivación de querer jugar contra los equipos más grandes, esa era la sensación que tenía uno antes de jugar esa clase de partidos que también son una experiencia muy linda, quizá muy parecida a la que estoy viviendo acá en uno de los más grandes de México.


El pasado 23 de septiembre de 2018, aficionados de Monterrey y Tigres, protagonizaron actos violentos previo al partido que enfrenta a ambos clubes de la ciudad norteña, en el conocido Clásico Regio. El saldo fue un aficionado de Tigres herido de gravedad que se sumó a la interminable lista de afectados por los enfrentamientos que mantienen las barras de ambas aficiones desde hace más de 17 años.


-Ante estos últimos síntomas de violencia vividos en México, entre La Adicción y los Libres y Lokos, barras de Monterrey y Tigres respectivamente, ¿Crees que deban desaparecer o vetarlas de los estadios o qué tienen que hacer las autoridades al respecto?


-EA: No, yo creo que en comparación con Argentina, se tiene mucho control acá en México, porque uno ve que pueden estar los rivales juntos en una tribuna sin ningún tipo de problema y creo que por culpa de un grupo de inadaptados no tendrían que desaparecer y el aficionado mexicano no se merece ese tipo de situación y se tiene que seguir disfrutando de la misma manera en cada partido.


Desde 2014 se realizó una reforma a La Ley General de Cultura Física y Deporte donde se tipificó el delito de violencia en los espectáculos deportivos. El Estado de Nuevo León, a raíz de los actos violentos sucedidos en 2018, modificó en diciembre pasado su código penal para considerar como delito la violencia en espectáculos deportivos, incluyendo el traslado de las aficiones hacia el recinto.


No se vetarán ni desaparecerán a los grupos de aficionados, tampoco son prescindibles para los jugadores quienes valoran su apoyo y confirman que este les motiva realmente en los momentos a la hora de jugar un partido. Lo certero aquí es la necesidad de establecer una relación cada vez más estrecha entre gobiernos locales junto con directivas de los equipos y de las barras para primero dialogar y prevenir antes de castigar, es así como se podrá avanzar en materia de seguridad para los estadios y sobre todo para los aficionados. Que las porras sean sinónimo de la alegría del futbol y no de profanación hacia su pasión.

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