Por: Redacción
Desde el interior del Edificio Central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), durante la intervención por el 8M, se lanzó gas químico contra las manifestantes, de acuerdo con varias versiones de mujeres que estaban cerca de la puerta del recinto.
No solo se vio como salió el humo, si no que también comenzaron a sentir ardor en los ojos, picazón en la garganta e imposibilidad para respirar.
Había niños, niñas, mujeres con discapacidad, mujeres adultas, pero eso no importó.
La intervención en el Edificio Central de la UASLP refleja la poca o nula respuesta que se ha dado ante la deuda histórica que tienen las autoridades universitarias en atender las denuncias de acoso sexual, hostigamiento y violaciones a derechos de las universitarias y exalumnas de las diferentes facultades.
Algo similar pasó en el Palacio de Gobierno, desde el interior se lanzó gas en contra de quienes realizaban la intervención, lo que causó pánico entre las manifestantes.
Es importante mencionar que se intentó justificar que era el gas del extintor con el que se intentaba apagar el fuego, pero la versión de quienes fueron agredidas y algunas reporteras que estuvieron presentes coinciden en que fue gas químico.
Cabe mencionar que los discursos, tanto del rector de la UASLP, Alejandro Zermeño Guerra, y del secretario general de Gobierno, J. Guadalupe Torres Sánchez, fueron de respeto con quienes salieran a ejercer su derecho a la manifestación, sin embargo, en los hechos no fue así.
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