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Foto del escritorLa Rata

"Mi ángel que se fue"



Por: Xochiquetzal Rangel.


A veces las historias te persiguen. Hace un año visité Quintana Roo para realizar un trabajo acerca de la vida y la transformación cultural de los mayas contemporáneos. Recuerdo que una mañana calurosa, después de levantar imágenes del mercado del municipio de José María Morelos, nos dirigimos a una pequeña comunidad llamada “Cafetalito”, tras husmear un poco por la plaza principal, que tiene un quiosco abandonado, salieron de la escuela primaria varios niños, entre ellos una pequeña que comenzó a seguirme y después de un rato tuvo la confianza de pedirme una foto a lado de una flor que le había gustado mucho, en ese momento pasamos de extrañas a casi amigas.


Itzel, no tenía más de 8 años; sus ojos eran grandes y muy expresivos, y una sonrisa que delataba su inocencia, misma con la cual solía recordar con nostalgia las aventuras y juegos que mantenía con su hermano Alonso.


Le gustaba recordar cuando Alonso aguantaba la respiración bajo del mar por varios minutos y jugaban a construir cosas con la arena de Playa del Carmen, “nadie le podía ganar” me contó. O las tantas veces que jugaban a las cosquillas en la plaza principal de Cafetalito, un pequeño pueblo de aproximadamente 260 habitantes, que pertenece al municipio de José María Morelos en Quintana Roo.


“En su último día, jugamos de cosquillitas, me dijo que el que se riera más sería un perdedor… él siempre ganaba, solo una vez le gané a él… igual mi papá a veces jugaba y nos hacía reír mucho” recordó.


Contó en tiempo pasado su recuerdo, porque su hermano de doce años murió en 2017, apenas unos meses antes de que nos conociéramos, según dijo, le explotó una vena de la cabeza después de que Alonso se quejara de mucho dolor de cabeza, “Yo tenía un hermano que pasó a la secundaría, tenía doce, pero falleció… porque se le explotó una vena de su cabeza (…) le dolía mucho su cabeza, a mí me dolía verlo y mi mamá me decía, no pienses, no vez que sino el niño igual se siente mal”.


En México es común que los hombres padezcan enfermedades vasculares cerebrales, las cuales se presentan como una alteración en las neuronas que provoca una disminución del flujo sanguíneo en el cerebro y que en ocaciones se puede obstruir por grasa o sangre en un vaso sanguíneo; de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad Cerebro Vascular Cerebral (EVC) es considerada como la segunda causa de muerte global en el mundo, según la información publicada en la Secretaría de Salud y el IMSS.


El día que más le dolió la cabeza a Alonso, lo llevaron al doctor a Morelos, pero ninguno pudo darles atención médica, según palabras de Itzel, a su hermano le pusieron anestesia para calmar el dolor y nunca más despertó, “le volvieron a poner esa cosa para que se duermiera y no despierte, y yo creo que por eso pasaron las horas y ya no se despertó. Le dolió mucho a mi mamá, pero ahorita ya lo estamos olvidando (el momento de su muerte), ahí en mi casa le tenemos así su angelito, le ponemos algo”.


Es difícil dejar partir a los seres queridos, Itzel es una niña, pero al momento de contar la historia fue fuerte, no se le derramó ninguna lagrima. Me explicó con fortaleza como llegar a la tumba de su hermano, y con orgullo lo recordó, aún siendo menor entendía bien la partida y la importancia del recuerdo que dejan, porque es una forma de mantenerlo vivo en la memoria.


“Yo digo que no hay que olvidarlo (a Alonso), porque él… cuando lo estábamos sepultando todos lloraron amargamente, porque él sí murió, su cuerpo murió menos su alma, su alma sigue viva… es lo que dice mi mamá que no hay que olvidarlo porque va a estar en el corazón, yo no le he olvidado” aseguró.


La inocencia y el amor con el que Itzel hablaba de su hermano me marcó, se me hizo un nudo en la garganta y lo más que pude hacer fue abrazarla; no sólo por el hecho de que se atrevió a compartir su dolor con una extraña, sino también por la entereza con la que lo sobrellevaba.


Antes de regresar a clases tras el timbre de la primaria comunitaria me dijo que era feliz.

“Ahorita estamos todos felices, mi papá dice que debemos estar felices"… ¿tú estás feliz? Sí.


 

*Los nombres de la historia fueron cambiados para mantener la identidad de la menor oculta.

1 comentario

1件のコメント


dulcho_hugo
2019年2月05日

Hola muy lindo escrito!

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