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  • Foto del escritorLa Rata

La indiferencia también discrimina.



Por: Joce Benitez.


Hoy en día se vive de manera tan precipitada que no se permite siquiera a voltear a ver a quien está o camina a tu lado, se muestra una terrible indiferencia hacía la necesidad de quienes en ocasiones claman ayuda por alguna razón, les es más sencillo voltear la mirada o inclinar la cabeza para evadir la situación, en este rubro se encuentra la población discapacitada, y es que, en verdad y como mucho se ha mencionado no existe mayor discapacidad que la indiferencia social, en ocasiones es pesado cargar con alguna enfermedad o limitación pero lo es aún más sentir ese egoísmo o señalamiento social.


Existen demasiadas formas por las que una persona puede adquirir una discapacidad, pero poco se piensa en que se puede llegar a ser víctima de ella y mucho menos ser parte de las estadísticas. En la actualidad existen leyes y asociaciones que protegen a la discapacidad pero nunca serán suficientes para compensar el sentir del ser humano que la padece. Una manera de erradicar esa indiferencia a la que tanto me refiero, es brindar una sencilla sonrisa o gesto de amabilidad, pues ello puede hacer la diferencia.


Esta es mi experiencia personal pero imagino y observo el sentimiento de quienes la padecen y aunque resulta sencillo hablar de lo que no se experimenta, para mí lo es aún más real porque lo vivo y es por ello que me atrevo hacer algunos señalamientos, pues como ya lo mencioné no son suficientes las leyes y organizaciones en pro de la mencionada población, pero considero se debe reforzar desde el hogar una mejor cultura hacía este sector de la población, pues hasta por sentido común se debiera de tratar como quieres que te traten, es sencillo y, hasta un gesto de amabilidad es de demasiada ayuda.


El titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), en San Luis Potosí, Jorge Andrés López Espinoza, aseguró que la movilidad y accesibilidad de las personas con discapacidad son dos de los grandes problemas que enfrentan como miembros de la sociedad potosina. Indicó que el estado es el séptimo en contar con un mecanismo independiente de monitoreo mediante la CEDH, ante las necesidades de las personas discapacitadas, las cuales no suelen tener relevancia entre las personas que no adolecen una condición desfavorable.


El mecanismo independiente de monitoreo está integrado por ciudadanos con discapacidades que van desde lo visual, auditivo, parapléjicas, hasta prestadores de servicios turísticos para discapacitados. La finalidad es lograr generar políticas públicas en favor de este sector social. SLP, será apenas el séptimo estado en contar con este mecanismo de las 32 entidades que conforman el país.


La discapacidad como el término mismo lo indica imposibilita para la realización de actividades tanto en el hogar como en un medio laboral, al grado de sentirse la persona inútil y estorbosa, sin embargo, cabe señalar que cuanto más alguien se siente inservible es cuando más apoyo moral necesita de quienes están a su alrededor, tengamos en cuenta que cuando alguien desprecia más adelante puede ser el despreciado. Como sociedad considero hay demasiado por hacer, de inicio un cambio de actitud hacia este sector.


Finalizo con esta reflexión, aunque la Comisión de Derechos Humanos habla y establece múltiples leyes, en donde a toda costa desea evitar la discriminación, considero sería prioritario ir a la raíz del problema y creo, se requiere de una reeducación, que bien podría iniciar desde el hogar, porque como mencione en un inicio, se muestra tal indiferencia sin tomar en cuenta que todo ser humano, merece atención y respeto.


***

Amigos lectores los pongo un poco más en contexto y compartiré en breve acerca de mi vida, mi nombre es Josefina Benites Villela, nací con una malformación arteriovenosa cerebral que nunca presentó ninguna consecuencia. Estudie ciencias de la comunicación y me desempeñaba como reportera en un noticiero de radio desde el año 2009, fue hasta el año 2013 cuando sufrí un derrame cerebral, estuve en tratamiento con el neurocirujano y me explicaron que el problema era corregible pero debía asistir a tratamiento a la ciudad de Monterrey, Nuevo León. En el año 2015, al someterme al tratamiento, tuve complicaciones y estuve en estado de coma, durante 6 días; llevo ya 4 años recuperándome de las secuelas, puesto que todos los sentidos se me afectaron.


Actualmente camino con andador sin poder sostenerme del todo por falta de equilibrio, lo cual me hace caer con facilidad, al grado de haberme roto un hueso del hombro izquierdo, todo esto a consecuencia de no escuchar, el oído lo estoy recuperando paulatinamente con terapias al igual que el resto de mis sentidos, todo con el apoyo de mi familia, médicos, terapeutas, amigos y por supuesto y el más importante: Dios.


Con contar esto no pretendo conmiserarme sólo deseo pugnar en beneficio de la población discapacitada, al igual que retomar y reconstruir mi vida con trabajo, pues he aprendido que toda prueba por más fuerte que sea es superable.

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