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  • Foto del escritorLa Rata

El día que Culiacán fue zona de guerra.


Enfrentamiento armado 17 octubre 2019 en Culiacán Sinaloa. Fotografía retomada de redes.

Por: Xochiquetzal Rangel.


El 17 de octubre pasará a la historía como el día en el que el narcotráfico ganó la batalla al gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Ese día Culiacán Sinaloa, se convirtió en una zona de guerra. Un operativo mal planeado que se orquestó para la detención y aseguramiento de Ovidio Guzmán López, hijo de uno de los mayores capos de México ex líder del Cártel de Sinaloa, derivado de una orden de aprehensión con fines de extradición, y a la espera de una orden de cateo aún no expedida, de acuerdo con lo reconocido por los titulares federales: Luis Crecencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional y Alfonso Durazo Montaño, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, desató “la guerra” en las calles de Culiacán, Sinaloa.


De acuerdo con las autoridades federales (durante la rueda de prensa ofrecida la mañana de este 18 de octubre), en la estrategia para la detención de Guzmán López, no se midieron las consecuencias, que luego se presentaron en la capital de Sinaloa. Hasta pasadas las 5 de la tarde el gabinete de seguridad decidió parar el operativo, con el objetivo de no poner en riesgo las vidas de los habitantes de Culiacán.


“No es ganarle un duelo a una organización criminal, si no recuperar la paz, no buscamos enlutar hogares si no resarcir el desgarrado tejido social de nuestra patria, no vamos a regresar a la época de las masacres generalizadas, aún y cuando las pidan desde insistencias (…) no nos interesa andar por la vida en un manto de sangre derramada (…) no vamos a abandonar nuestra estrategia de paz como producto de la justicia, no hay falta de Estado, no hay ausencia del Gobierno Federal en esta decisión, de haber sido así posiblemente hubiera ocurrido un enorme infortunio en esta ciudad mucho mayor a las horas de angustia que ayer se vivieron”, según comentó, Durazo Montaño.


Sin embargo, durante esas más de dos horas en las que el personal de la Policía Ministerial Militar y de la Guardia Nacional se encontraba dentro de la casa en la que se ubicó a Ovidio Guzmán, y que fue el lapso que tardó el gabinete para frenar el operativo, de acuerdo con las entrevistas de dos personas cuyo nombre se omitirá a petición de las mismas, en Culiacán se percibió una ausencia de Estado de Derecho.


Una persona habitante, originaria de Culiacán, Sinaloa que se dirigía a un concierto en Mazatlan, estuvo varada por más de 4 horas en una de las casetas tomadas por el grupo criminal que desplegó un operativo para la liberación de Oviedo Guzman.


“Estaba inmóvil toda la carretera porque pusieron un trailer atravesado en la caseta, entonces no podíamos pasar. Del otro lado se veía a la gente pasando con carros que obviamente no eran de policía ni nada, eran carros armados y así y pues yo con mil miedo porque en cualquier momento puedo haber balacera ahí en la carretera (…) estaba tomada por ellos, porque ellos dijeron ‘nadie entra y nadie sale de Culiacán’, por eso tenían todas las salidas tapadas por ellos, por eso te digo las primeras 2 horas vimos las casetas tapadas por ellos, no eran policías, ni nada, era gente de ellos porque pasaban y pasaban armados. Ya después de esas dos horas comenzó a llegar gente de Cruz Roja, de Policías, de Militares, de helicópteros, entonces ya después de tres horas nos empezaron a mover poco a poco y cuando yo pasé la caseta ya estaba el Ejército ahí y gente de la Policía”, relató.


Señaló que una vez en la caseta, que se encontraba cerrada, comenzó a recibir múltiples mensajes y llamadas para saber sobre su seguridad, entre ellas las de su mamá, ya que hasta ese momento se enteró de lo que estaban pasando en las noticias y en redes sociales; a demás que su hermano tuvo que resguardarse en casa de un amigo, pues el enfrentamiento comenzó cuando estaba apunto de comer en la calle con amigos.


El momento de angustia de su madre terminó 7 horas después, cuando cuando su hija pudo llegar a Mazatlan, “ya no estaba en la carretera y sí en un lugar seguro, porque en la carretera pues te sientes indefensa, cualquier cosa te puede pasar, puede pasar alguien a bajarte y no sé, la caseta estaba tomada por ellos, no podíamos pasar, no podíamos hacer nada”.


LA- ¿Tuviste miedo?


EN- Sí tuve un chorro de miedo, pero como que sentía que no me podía pasar nada porque era muchísima gente la que estaba atorada… Culiacán se está poniendo medio feo, siempre ha estado; pero creo que nunca nos había pasado algo así tan peligroso, que anduvieran por la calle tan en el día, o sea, hay videos de gente por las calles más transitadas de Culiacán y así tan tranquilos, tan como si nada pasara, robándose carros, se escapó gente de la cárcel. Es más el desmadre que hicieron en Culiacán y el miedo que nos metieron pues”.


Las cifras emitidas por el titular de SEDENA, Luis Crecencio Sandoval, refieren que del Penal de Araguato, ubicado a metros del Aeropuerto Internacional de Culiacán, escaparon 39 reos federales y 10 del fuero común; hubo 19 bloqueos en diversas calles de la ciudad; 9 vehículos fueron incendiados de los cuales 3 eran auto-patrullas; se presentaron 14 agresiones con arma de fuego al personal Militar, de la Guardia Nacional y de la Fuerza Aérea que acudió en apoyo, así como 5 elementos de tropa heridos por arma de fuego; un elemento de la guardia Nacional murió durante el ataque y un presunto delincuente. Falta, sin embargo, informar sobre las muertes colaterales de este enfrentamiento que se llevó acabo de forma “precipitada”.


Otra testigo más, se encontraba laborando en un restaurante ubicado en el boulevard Sanchéz Alonso, según refirió, dicho establecimiento de comida se encuentra a una calle de distancia de donde comenzó el enfrentamiento entre integrantes del Cártel de Sinaloa contra el personal militar y de la Guardia Nacional.


Indicó que en el lugar había un caos, dijo que al momento de bajar las escaleras del sitio, sin saber lo que estaba ocurriendo, se comenzaron a escuchar las primeras detonaciones de armas, por lo que con ayuda del personal del restaurante comenzaron a trasladar a los comensales a la cocina, la cual mencionó se encuentra al centro del lugar, es decir, los ubicaron ahí por ser considerado de mayor seguridad.


Es que la verdad si fueron tres horas de tensión, el hecho de estar ahí en medio del caos, tener que tranquilizar a los comensales… porque había niños, mujeres sintiéndose mal, y todos con la preocupación haciendo llamadas a sus familiares. Estábamos en medio del caos, de hecho el restaurante estaba abierto y llegó gente que corría por la calle a refugiarse con nosotros, asustados, entonces refugiamos a la gente en la cocina y les dimos agua y sueros para calmarlos un poco”, comentó.


Al principio lo que se escuchaba en el restaurante, según dijo, eran solo rumores subidos de tono, creados por el caos mezclado con el nervio y el miedo de las rafagas de balaque se escuchaban como si el enfrentamiento hubiera sido a lado del establecimiento, hasta que llegaron las primeras versiones en las que se hablaba de la guerra por un hijo del Mayo Zambada o por los hijos del Chapo Guzmán, miedo que se reforzó cuando comenzaron a circular los primeros videos de niños y adultos que corrían intentando resguardarse de las balas o las fotos de coches incendiados y destruidos.


Fue hasta cerca de las 7 de la tarde que los guardias del lugar les dieron luz verde para que clientes y empleados pudieran salir del lugar, sin embargo ella, al salir del restaurante tuvo que quedarse en la casa de su novio, que quedaba más cercano al restaurante, debido a que había bloqueos en las calles y la violencia no había parado. Ella no tuvo miedo, o eso aseguró, sino que tuvo estrés hasta que pudo estar en un lugar a salvo y saber que su familia estaban también en casa y fuera de peligro.


“La verdad sí fue diferente, fue alarmante, porque hay una historia en Sinaloa o Culiacán de balaceras, pero no es algo que suceda muy a menudo y cuando sucede se controla la situación ya cuando pasó, pero lo de ayer fue muy largo, un agarre fuerte, los sicarios, por así llamarles andaban como si nada en las calles, y eso de que empezaron a cerrar calles quemar autos pues ya uno se asusta más".

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